El Director de Educación y Habilidades de la OCDE participó recientemente en el “Seminario de Educación para la Ciudadanía Global: Formando para la Sociedad del Futuro”. Presentamos algunas de sus principales ideas y reflexiones.
El Director de Educación y Habilidades de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) participó recientemente en el “Seminario de Educación para la Ciudadanía Global: Formando para la Sociedad del Futuro”. Presentamos algunas de sus principales ideas y reflexiones.
“El cambio climático probablemente va a ser más disruptivo que la pandemia para la población”, aseveró Andreas Schleicher en el “Seminario de Educación para la Ciudadanía Global: Formando para la Sociedad del Futuro” -organizado por Fundación Educacional Seminarium- junto con sostener que la pandemia ha provocado un fenómeno disruptivo en la educación a nivel mundial.
Una primera aproximación a éstos y otros grandes temas –como la desigualdad entre hombres y mujeres, los conflictos internacionales, la pobreza y la migración, incluso las pandemias- indica que están siendo abordados a nivel escolar. Al menos así lo manifestaron una serie de directivos de escuelas, al responder una encuesta con ocasión de la última evaluación PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos). Pero cuando uno les pregunta a los estudiantes, explicó Schleicher, la imagen cambia. Aunque el 80% señala, por ejemplo, que “cuidar el medioambiente es importante para mí”, son muchos menos los que piensan que “pueden hacer algo por los problemas en el mundo” o que “mi conducta puede tener impacto sobre personas de otros países”. En otras palabras, sienten que no cuentan con las herramientas para asumir las problemáticas del planeta.
También hizo referencia a que éste es uno de los desafíos a los que se enfrenta la educación, por un lado se enseñan muchas cosas, pero por otro no hay buena entrega a los jóvenes del aprendizaje necesario para que sean capaces de actuar, de movilizarse, y de usar sus recursos sociales y emocionales y así enfrentar las realidades que importan. Afirmó que la educación no solo se trata de enseñar contenidos, sino que debe convertirse en una brújula confiable para temas cada vez más complejos y volátiles.
Y agregó: “Para preparar a los niños y jóvenes para el futuro, aunque el futuro siempre nos vaya a sorprender, la educación tenemos que mejorarla, para que ellos estén en buen pie frente a los distintos escenarios posibles. Pero este tipo de pensamiento no es común en las escuelas. Nos centramos en un currículum único, enseñamos a los jóvenes a reproducir la sabiduría y el conocimiento de nuestro tiempo”.
¿Qué es la competencia global?Es un objetivo de aprendizaje multidimensional y permanente, tal como se señala en el libro “Marco de Competencia Global. Estudio PISA. Preparar a nuestros jóvenes para un mundo inclusivo y sostenible”, de 2018. La evaluación de PISA 2018 utiliza la siguiente definición: “La competencia global es la capacidad de examinar cuestiones locales, globales e interculturales para comprender y apreciar las perspectivas y visiones del mundo de otras personas, participar en interacciones abiertas, adecuadas y efectivas con personas de diferentes culturas y actuar para el bienestar colectivo y el desarrollo sostenible”.
Aprendizajes que mejoran la competencia global:
Reflexiones sobre 4 actitudes y disposiciones esenciales
Respecto de la conciencia sobre asuntos globales, el experto sostuvo que hay mucha variación entre los países. “En Hong Kong, por ejemplo, los estudiantes están muy familiarizados con temas de pandemia porque ya las han vivido antes, el COVID-19 no es lo primero que les ha pasado y las escuelas son muy activas en ese sentido. En cambio, en Arabia Saudita muy pocos estudiantes se sentían preparados para esto. Y en Chile era un tema poco conocido para muchos niños y jóvenes”.
Cabe destacar que las niñas en general tienen más conciencia de temas globales que los niños. “Están todos en la misma sala, leen las mismas noticias, pero hay algo que hace que ellas sean más abiertas y receptivas a otras formas de pensar, a otras formas de trabajar y a otras culturas”, señaló Schleicher.
También los padres y apoderados cumplen un rol en cuanto a la conciencia de sus hijos/as sobre asuntos del planeta. “Las competencias globales son un proyecto de sociedad. El ambiente del hogar es esencial para construir esa apertura al mundo, no es algo que uno pueda transferir. Ése es el primer punto: la conciencia”.
Por otro lado, en relación con la adaptabilidad cognitiva, el experto destacó que influye en cómo los jóvenes están relacionándose con el mundo, con otras formas de trabajar y otras culturas “Lo primero que nos preguntamos es lo siguiente: si me enfrento a otro mundo ¿puedo adaptarme? ¿O me asusto cuando algo pasa? Esto es el cambio, estar abierto al mundo y uno puede observar que en general este aspecto se ve bastante positivo en los países que analizamos. En la mayoría de ellos, los estudiantes afirman estar abiertos al mundo, que el cambio no les asusta y que pueden adaptarse a situaciones nuevas”.
Schleicher comentó que en Chile los estudiantes no se sienten muy cómodos con el cambio. Pero si uno mira a Bosnia Herzegovina, ellos están en una buena posición. “Nadie pensaría ese país como un gran centro educativo, pues años o décadas atrás fue destrozado por guerras. Pero los jóvenes han aprendido a vivir con el cambio, están abiertos al mundo. Y lo mismo ocurre en Macedonia o México. Este último es un país que no asociaría con tener buenos resultados educativos, pero la gente puede adaptarse a nuevas situaciones. Y eso en el mundo de mañana será una gran ventaja. Tenemos que empezar a preocuparnos por esos temas en vez de centrarnos solamente en lectura y matemáticas”.
Otro punto importante es el entendimiento de los estudiantes de las perspectivas de otros. El experto reflexiona: “¿Hasta qué punto los jóvenes están dando la bienvenida a otros puntos de vista, a las perspectivas de otros? Esto tiene mucho que ver con el aprendizaje y enseñanza. Como profesores, ¿les entregamos un punto de vista único en el mundo o les enseñamos a pensar como un historiador para entender cómo la narrativa de una sociedad apareció y cómo cambia en los contextos? ¿Les enseñamos fórmulas de ecuaciones en matemática o a pensar cómo un matemático? ¿Les enseñamos contenidos de física o química o a pensar como un científico?”
Si se observan los datos de los países analizados, que suman alrededor de 70, la primera impresión es razonablemente buena. Pero, atención, “hay un 30 o 40% de jóvenes que dice no a eso y ésa es una realidad que es difícil de cambiar”.
Y respecto del interés de aprender de otras culturas, señaló que en general la mitad de los estudiantes de los países analizados tiene esa inclinación o interés, pero la otra mitad no. Asimismo, explicó que siempre conocer gente de distintas culturas es una buena receta para estar receptivo a la diversidad, pero hay muchas otras formas de potenciar esto y una de ellas es el idioma extranjero. “En Reino Unido, Australia y Nueva Zelandia, donde el idioma extranjero no es común, no aprenden idiomas porque piensan que todo el mundo habla inglés, pero en la mayoría de los otros países los sistemas educativos ponen muchos esfuerzos en enseñar a jóvenes más de un idioma. Y esto da como resultado estudiantes con más capacidades para enfocar otros puntos de vista, para apreciar otras formas de trabajar y de pensar. Así que la enseñanza de un idioma extranjero no es solo una puerta para comunicarse, sino para tener más apertura, para crear más disposición para entender otras culturas”.
En síntesis, cuando los estudiantes muestran más respeto a otras culturas, tienen mejores competencias globales. “Si sus actitudes son más positivas hacia los inmigrantes; si hay mayor adaptabilidad cognitiva y por lo tanto, se está abierto al cambio y a otras opiniones; si hay más sentido de autoeficacia, en todos esos casos ocurre lo mismo: mejores competencias globales. Al final, esto muestra cuán importante son las disposiciones que desarrollamos en las escuelas, porque enmarcan las competencias globales. Entonces, no se trata solo de lo que enseñan los profesores, se trata de quiénes son, cómo se comportan, qué hacen con sus estudiantes, se trata de las actividades tanto dentro como fuera del currículum”, concluyó.
Más información sobre este tema en los siguientes links:
Agencia de Calidad de la Educación, Gobierno de Chile. “PISA 2018. Competencia Global. ¿Están los estudiantes preparados para vivir en un mundo interconectado?” Publicado en noviembre de 2020. Descargar: aquí.
OECD. “Marco de Competencia Global. Estudio PISA. Preparar a nuestros jóvenes para un mundo inclusivo y sostenible”, de 2018. Título original: “Preparing our Youth for an Inclusive and Sustanaible World – The OECD PISA Global Competence Framework”. Este marco es producto del trabajo colaborativo entre los países que participan en PISA y la Secretaría de la OCDE, bajo la dirección de Andreas Schleicher y Yuri Belfali. Descargar: aquí.