Ministerio de Educación

Revista de
Educación

a++
a--
Tendencias

Diego Ceballos Davis, profesor: “Le pedimos a ChatGPT que resuelva un ejercicio y luego, vemos si su resultado está correcto o no”

Establecimiento: Instituto Camilo Henríquez (CAHE) de Villarrica (Región de La Araucanía). Asignaturas: Física y Matemáticas. Imagen: Gentileza Diego Ceballos.

Ayer estaba acá, en el laboratorio del colegio, con mi curso -soy profesor jefe de un 1° medio- y en la clase de Física surgió el tema de las distancias luz entre los planetas del Sistema Solar y el Sol. Esto lo vemos en la Unidad de la Luz, allí hablamos de los minutos luz, segundos luz, años luz. La Tierra está a 8 minutos y 20 segundos luz, entonces: ¿a cuánto está Mercurio?, ¿a cuánto está Marte?, ¿a cuánto está Venus? Hay toda una manera para formular bien esta pregunta en ChatGPT y responde de inmediato, por lo tanto, se puede optimizar el tiempo.

Entonces, es muy práctico, cuando uno sabe preguntar. Pedagógicamente, es útil decirle antes al alumno o alumna: “ya, ¿qué le vamos a preguntar a ChatGPT?” Pero siempre es recomendable contrastar la información que entregue con una fuente confiable. Por ejemplo, puedo ir a un link de la NASA sobre las distancias de los planetas y corroboro; así puedo decir que es correcto que Mercurio está a 3 minutos y medio luz del sol, mientras que Venus a 6 minutos y medio. Pero, insisto, hay que contrastar la información.

También he ocupado ChatGPT cuando estudiamos “Límites, Derivadas e Integrales”, en el electivo de Matemáticas que enseño a un 3° medio. Aquí lo hemos usado para evaluar respuestas de sumatorias y series, es decir, le pedimos que resuelva un ejercicio y luego, con los estudiantes vemos si su resultado está correcto o no. A veces en cosas simples como multiplicaciones o sumas, se equivoca. Entonces, digo a mis alumnos: ¿qué le vamos a decir al Chat ahora? Porque éste funciona en base a retroalimentación. Le replicábamos: “disculpa, te equivocaste en este paso, la multiplicación de estos números da este resultado”, y respondía: “Sí, mis disculpas correspondientes”. Es como una persona con la que estás interactuando y que va aprendiendo de sus errores, lo que causa satisfacción a los alumnos: “ahora le enseñamos a hacerlo bien”, me decían.

Algo parecido nos ocurrió en Química, con alumnos de 2° medio. En un ejercicio sobre masa y volumen relativo al tema de disoluciones químicas, preguntamos a ChatGPT, y se dio unas vueltas extrañas para llegar al resultado. Al final, le dijimos: “mira, si divides la masa por el volumen resulta más simple”. Y el Chat respondió: “sí, efectivamente, ese camino es más corto”. ¿Qué trato de decir con esto? ChatGPT no es Google, no es un buscador. Al ser una Inteligencia Artificial se va retroalimentando, porque pasan los días y si yo formulo lo mismo, ahora responde por el camino corto. En el fondo, el usuario la va optimizando.

Quisiera comentar que en Ciencias para la Ciudadanía, asignatura que imparto a 4° medio, tuvimos que ver la unidad de Cambio Climático y hay poco material desde el punto de vista evaluativo. En general, en este nivel se hacen evaluaciones con preguntas de selección única y hay pocas opciones, salvo algunas preguntas que se pueden extraer del Demre (Departamento de Medición, Evaluación y Registro Educacional, de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile), de los ensayos oficiales PAES (Prueba de Acceso a la Educación Superior). Me senté acá mismo y le dije a ChatGPT: “genérame 15 preguntas de selección única desde la A hasta la D sobre determinados contenidos”. Copié algunos objetivos del Ministerio de Educación del cambio climático. ¡Y me generó las 15 preguntas en 15 segundos! Y las preguntas eran de buena calidad, aunque había que revisarlas, siempre hay que hacerlo.

ChatGPT no es la verdad oficial, es simplemente una herramienta. Y dependiendo de cómo se utilice, va a entregar o no buenos resultados. Es capaz de generar evaluaciones, de responder de manera más sencilla y más óptima muchos tipos de ejercicios, en Química, Biología, Matemáticas. No tengo por qué irme a distintos buscadores o distintas páginas. Todo está concentrado ahí.

Recuerdo que hubo una prueba de Historia en 2° medio y se pidió a los alumnos y alumnas redactar una carta al director simulando ser personas de los años 1920 ó 1930 que estaban pasando por la crisis del salitre, por la mala economía de hace un siglo atrás”. Entonces, yo le propuse a una estudiante: ¿por qué no la haces en ChatGPT, por qué no le pides que simule a un ciudadano/a chileno? Obviamente, después hay que revisar el resultado, puede haber errores o contradicciones. Y ella salió maravillada.

Es una labor de nosotros como docentes enseñarles estas nuevas herramientas a los jóvenes, porque realmente son buenas. Se produce un aprendizaje significativo si el profesor conoce la herramienta y la domina, si sabe sus limitaciones y fortalezas.

Y, por supuesto, hay que aplicarla de manera responsable en el aula, y funciona. Como decía, a mí que hago clases en diversas asignaturas, de verdad me ayuda a optimizar los tiempos.

Una de las cosas positivas que dejó la pandemia a los profesores es que en muchas salas de clase ahora hay pantallas. Además, algunos alumnos/as llevan su celular. Entonces, puedo decirles: “preguntémosle a ChatGPT”. Y en función a cómo ellos van escribiendo y formulando las preguntas, habrá distintas respuestas. Entonces, hay ahí un aprendizaje que uno debe realizar como educador y profesional en el aula, que dice relación con aprender a formular bien la pregunta y tener capacidad de síntesis.

Pero hay otras aplicaciones que también son útiles como Geogebra, que es fabulosa en matemáticas; los alumnos la pueden abrir en el celular y permite graficar funciones, entre otras cosas. De ese modo, los estudiantes se dan cuenta que el celular no es solo para Tik Tok, Instagram o WhatsApp.

Obviamente hay que guiar a los alumnos y alumnas para que no hagan plagios con ChatGPT. Pero si uno como docente conoce la herramienta, uno se da cuenta rápidamente si la están usando de mala manera. Porque, además, uno conoce a los estudiantes y su nivel de redacción. Por otra parte, si el instrumento evaluativo no es claro, quizá ellos se puedan ir por el camino fácil, pero por eso uno debe ir evaluando habilidades y destrezas clase a clase. Somos nosotros, los docentes, los que conocemos a los estudiantes.

Algunos colegas con más años de trayectoria creen que esto puede terminar reemplazando al profesor. No, el profesor es irremplazable. ChatGPT es una herramienta más que llegó, la única diferencia en relación con otras es que se va retroalimentando y al entregar respuestas incorrectas, se le puede ir corrigiendo. Va optimizando sus respuestas y cada vez las da más acordes al contexto educativo. Para facilitar esto, siempre le doy información sobre la materia que estoy impartiendo y para qué nivel educativo.

¿Qué le diría yo a otros colegas? Que la utilicen, que comiencen formulando preguntas de su asignatura y descubran qué es lo que les responde ChatGPT, que vayan jugando con eso. Y que después, enseñen a sus estudiantes a utilizar esta herramienta en forma responsable, correcta y educativa, porque al final lo que se busca es generar aprendizajes significativos.

Obviamente, ChatGPT no se creó pensando en el ámbito pedagógico educativo, pero sí funciona. Esa ha sido mi experiencia.

Reportaje completo sobre ChatGPT en el aula en: Revista de Educación N° 404.

Buscador - Encuentra aquí las noticias, crónicas y reportajes publicados por Revista de Educación.
¡Escríbenos!
Si tienes dudas o consultas respecto de los contenidos de la Revista de Educación, no dudes en contactarnos.