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Políticas educativas

Equipos Territoriales de Revinculación y Asistencia: ¡A reforzar la trayectoria educativa de niños, niñas y jóvenes!

Para promover la asistencia y garantizar las trayectorias educativas de niños, niñas, jóvenes y adultos, el Mineduc ha impulsado el despliegue a nivel nacional de equipos territoriales de revinculación y asistencia que contemplan profesionales en terreno cuya tarea es traer de vuelta a quienes se han alejado de las escuelas y liceos, y trabajar en planes junto a los establecimientos para mejorar la asistencia a clases. En este reportaje, damos a conocer los testimonios de quienes van puerta a puerta buscando a estudiantes que se han desvinculado, que están excluidos de la educación formal o que están en riesgo de deserción, para atraerlos a las aulas.

Hasta el sector Agüita de la Perdiz, un asentamiento emblemático nacido de una toma hace más de medio siglo, ubicado cerca de la Universidad de Concepción (Región del Biobío), llegó una tarde de julio de este año Bernardita Ponce, trabajadora social, una de las personas que conforman los equipos territoriales de revinculación y asistencia que el Ministerio de Educación comenzó a desplegar a lo largo del país. Su objetivo: hacer una visita domiciliaria -previamente agendada- a la casa de una alumna (19 años) que no estaba asistiendo a clases, aun cuando estaba matriculada en el colegio. Su caso la preocupaba porque, además de no haber ido ni un día a clases en 2023, ya contaba con un año de rezago educativo.

La conversación con la madre de esta joven -a quien llamaremos María a fin de resguardar su identidad- era fundamental para gestionar una posible revinculación. “La contacté por teléfono, le consulté si le acomodaba que junto a un colega le hiciéramos una visita para poder contarle en qué consisten las aulas de reingreso educativo que hay en algunos establecimientos escolares de la zona. Ella lo tomó muy bien. Incluso, conversando en su casa, me dijo: ‘Yo no entiendo mucho, creía que si no iba a clases no iba no más, ya lo había dado por perdido. Está muy bien que el sistema nos eduque también a nosotros como adultos, porque no tenemos la información’. Esas palabras a mí me hicieron harto sentido, porque asumió su responsabilidad, pero también dejó entrever que era el sistema educativo quien debía entregarle la información necesaria y agradeció haberla recibido a tiempo”, cuenta Bernardita.

SLEP Andalién Sur: tres aulas de reingreso para apoyar la revinculación

Es así como en un diálogo franco y directo, Bernardita Ponce pudo avanzar en pro de la revinculación de María. “La conocimos en su casa, la saludamos, pero su mamá prefirió que hubiese un espacio de conversación más personal entre nosotras, entre adultos. Somos muy respetuosas en ese sentido, y también respecto de la información que ella y otras familias nos entregan acerca de los problemas que puedan haber afectado a sus hijos(as). Seguimos un protocolo bien definido, de hecho, es la psicóloga de cada aula de reingreso educativo quien hace la primera entrevista a los niños, niñas y jóvenes”, explica.

Los resultados de sus esfuerzos están a la vista: María hoy está asistiendo al aula de reingreso del Liceo Juan Martínez de Rozas, en Concepción. Tal como explica la gestora, quien trabaja de la mano del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Andalién Sur -conformado por cuatro comunas del Biobío: Concepción, Chiguayante, Hualqui y Florida- en este territorio ya se han constituido tres aulas de reingreso: en el Liceo Lorenzo Arenas y en el Liceo Juan Martínez de Rozas, ambos de Concepción, y en el Colegio Grecia de Chiguayante. Estas aulas cuentan con una dupla psicosocial (distinta a las o los encargados de convivencia escolar del establecimiento), lo que permite hacer un trabajo más personalizado e individual con los alumnos y las alumnas, y así favorecer su proceso de vinculación tanto con los profesores como con sus compañeros.

Allí se les hacen diagnósticos tanto a nivel pedagógico como psicosocial a los estudiantes que regresan a la educación formal -ya sea por estar desvinculados o excluidos del sistema educativo- y se preparan planes de intervención individuales, siempre en conjunto con el alumno o alumna, en base a objetivos que él o ella proyecta cumplir durante el año. “Son espacios donde los niños, niñas y jóvenes ganan en sentido de pertenencia y nuestra apuesta es que algunos de ellos(as) vuelvan al aula común el próximo año”, señala Bernardita Ponce, gestora territorial de uno de los equipos territoriales de revinculación y asistencia del Mineduc.

La madre de María hoy está optimista: para ella es un orgullo que su hija haya podido continuar su trayectoria educativa, tanto que le dijo a Bernardita que si sabía de jóvenes del sector que pudiesen estar en la misma situación en que estuvo su hija, les iba a comentar que había oportunidades como ésta. “Ha existido una suerte de ‘voz en voz’ dentro de las mismas comunidades territoriales”, afirma Bernardita, junto con aclarar que, pese a que ella trabaja en otra aula de reintegro, se ha preocupado de monitorear los avances de esta joven. “Entre las tres trabajadoras sociales de las aulas vamos compartiendo información acerca de si hay matrícula, de cómo podemos gestionar o apoyar un caso. Hay bastante comunicación. También nos contactamos permanentemente con el Servicio Local, donde hay un encargado de las salas de reintegro, y con la persona a cargo de la estrategia de revinculación. Todo eso nos ayuda a responder de forma más inmediata las situaciones de tipo educativo que se van presentando”, explica.

Reportaje completo en: Revista de Educación N° 405.

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