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Cultura

Personalidades destacadas en los inicios de la publicación: 96 años de la Revista de Educación

En diciembre de este año, la Revista de Educación cumple 96 años de vida comunicacional, educativa, cultural y política. ¿Cómo celebrarla? ¿Cómo recordarla? Decidimos hacerlo resaltando a algunas figuras, nacionales e internacionales, destacadas que estuvieron presentes en esta publicación, la que hoy es reconocida como una fuente documental histórica, patrimonio nacional. Elegimos cinco personajes de la primera etapa (década de 1930 y 1940) que, hasta hoy, en pleno siglo XXI, tienen repercusión en el ámbito educativo.

Imagen: Gentileza Museo de la Educación Gabriela Mistral

En diciembre de 1928 salió el primer número de la Revista de Educación, iniciando así un largo recorrido que se acerca al siglo de existencia. Fue concebida por un pequeño grupo de docentes, ligados a las letras y motivados por las propuestas de una reforma educativa llegada desde el extranjero (EE.UU.) y que se discutía en todo el mundo. Se trataba de la “Escuela Activa”, de John Dewey, que propiciaba la mayor autonomía de los estudiantes y otras ideas pedagógicas audaces y controversiales para la década de 1930.

Una vez puesta en circulación –surgió bajo el alero de la Subsecretaría del Ministerio de Educación Pública, mediante el decreto N° 975 bis, del 6 de abril de 1929, según consta en el Diario Oficial-, la Revista empezó a recoger las mejores representaciones y voces del ámbito educativo y cultural, nacional e internacional. Y aparecen entonces figuras fundamentales en la construcción, enriquecimiento y desarrollo de la base educacional chilena. En este aniversario hemos querido resaltar aquellos rostros que dejaron sus mensajes de sabiduría, creatividad e inspiración, grabados para siempre en la huella de sus páginas. La Revista de Educación, en su primera época, duró poco menos de una década, ya que en 1941 debió ser suspendida por falta de recursos económicos del Estado. Fue retomada en 1948 con mayor sustento económico y administrativo. Obtuvo los aplausos de parte de los docentes, porque decían que era una tribuna orientadora de sus actividades educacionales, además de un vehículo de difusión de la cultura en general.

La educación necesita estar de acuerdo con lo que la rodea

En 1928, el español José Ortega y Gasset (1883-1955) fue entrevistado en Buenos Aires por Tomás Lago, director de la Revista. Es uno de los más destacados filósofos del siglo XX, además de ensayista y catedrático. Y sostenía cuestiones existenciales profundas para hacer pensar a la gente sobre su propia vida y valores, como “Yo soy yo y mi circunstancia”, y “si no la salvo a ella, no me salvo yo”, tesis, aún vigente, de su libro “Meditaciones del Quijote” (1914).

Su publicación más conocida, de 1930, se titula “La rebelión de las masas”, allí examina el surgimiento de las masas en la sociedad moderna y su impacto en la cultura y la política, y critica la tendencia de las masas a dominar y homogenizar la sociedad, erosionando la individualidad. Una frase que lo califica alto como ser humano y va más allá de sus tesis filosóficas es: “Sin amor estaríamos como niños perdidos en la inmensidad del cosmos”.

En la Revista de Educación, da su opinión acerca de la “Escuela Activa”, un extracto dice: “La educación necesita para cada caso un método particular. Porque la escuela no es la instalación escolar puesta aquí o allá con estos o aquellos implementos. Para que ella dé lo que de ella se espera, la escuela necesita estar de acuerdo con lo que la rodea. Su avalúo es intra-escolar e infra-escolar; y al decir esto, yo pienso en la instrucción secundaria de Inglaterra que no enseña casi nada al alumno (para atestiguarlo está la clase media inglesa, donde está el hombre que sabe en el mundo), sin embargo, vean ustedes qué temple de hombre estupendo produce, debido a que el medio ejerce presión sobre la escuela, tanto como la escuela trabaja para el medio. El niño que miente en la calle le sanciona el policía, el transeúnte, el pueblo inglés, en suma. De aquí que yo afirme que más que la publicación de una teoría pedagógica, cuando se quiere sacar el máximo provecho de una generación que está formándose, es menester estudiar minuciosamente las relaciones favorables con el medio en que ella ha de vivir, desarrollarse y crecer”.

Ortega y Gasset, además, influyó en la cultura española imponiendo su pensamiento europeísta integrador: “Soy el decano de la idea de Europa”, pregonaba antes y después de la Segunda Guerra Mundial.

No hay que limitar la personalidad naciente de un niño o niña

También en las primeras ediciones hay espacio para la reconocida doctora-educadora, María Montessori (1870-1952), quien hizo destacados aportes a la educación a nivel mundial.

Esta doctora, con el fin de prepararse para su rol de educadora, estudió Filosofía, Psicología, Educación y Antropología. En 1901 fue designada directora de una clínica psiquiátrica asociada a la Universidad de Roma, dedicada al cuidado de niños y niñas con retrasos mentales. Allí puso en práctica la idea del enfoque científico en la educación, basado en la observación y la experimentación. En 1929 fundó la Association Montessori Internacionale (AMI) con el fin de preservar su legado.

El famoso “Método Montessori” para la primera infancia, es reproducido en la Revista de Educación ampliamente. “Aquel maestro tan “ esforzado, culto, estudioso, lector de múltiples libros, recolector de variadas lecturas, su vocación se debilita y, a menudo, fracasa ante el mundo de un niño o niña, una realidad desconocida, un universo diferente, rebelde, libre. En principio no es fácil ajustarse a las necesidades de un niño o niña”, señala la bajada que invita a leer el artículo completo. Y Montessori refuerza la base de su innovador método con el siguiente argumento: “El niño necesita una firme base para la vida. Si se le domina, si se le estrecha, limitando su personalidad naciente, es como impedir el crecimiento de una planta, es encarcelar y deformar prematuramente la personalidad del futuro adulto. Educarle no es reglamentarlo, puesto que aún no está formado, todo reglamento puede deformarlo, educarlo será desenvolverlo plenamente en su potencia vital, que ya lentamente se encargará luego la cultura y la vida social de adaptarle al medio más propicio a su fuerza interna”.

María Montessori fundó escuelas no sólo en Italia, sino también en Inglaterra, Alemania, Francia, España e incluso en Madrás, India, donde debió estar exiliada por el régimen nazi, ya que su “método educativo libertario era incompatible con el adoctrinamiento de los niños con fines bélicos”. Y en 1929 fundó, junto a su hijo Mario Montessori, la Asociación Montessori Internacional en San Francisco, Estados Unidos. Vale destacar, que ella además fue una activa feminista, promotora de la educación completa para las mujeres y de todos sus derechos en igualdad con los hombres.

Auge creciente de la “Escuela Nueva” en Europa

Jamás podría faltar nuestra poeta y educadora Gabriela Mistral (1889-1957) Premio Nobel de Literatura en 1945. Aunque a ella se alude durante todo el recorrido editorial de la Revista de Educación, incluso con un número especial dedicado a su figura y obra (N°331, año 2007), vale rescatar el hecho de que ella es un poderoso referente desde los primeros días de circulación del medio.

En la sección Informaciones, bajo el título de “Un congreso de protección a la infancia” (París, julio de 1928), reportado por ella misma, se puede leer parte de su informe y su percepción del ambiente, no exento de críticas:

“Franceses risueños y ordenadores, alemanes risueños cargados de folletos, polacos muy ansiosos de contar la nueva Polonia pujante, ingleses y yanquis -estos patrocinadores de los tres congresos- siempre eficaces con sus dineros generosos y fáciles, belgas y suizos que forman la verdadera aristocracia del servicio social en Europa, algunos sudamericanos y españoles de caras tostadas, que nos confundimos en las mesas con egipcios e hindúes, a pesar de nuestros pujes latinos, varias monjas cuyos trajes, los únicos bellos del tiempo, parecen más fabulosos en este ambiente cargado de taquígrafas, algunos abates que vienen a convencer del servicio social católico a laicos de guerrilla. Dos sesiones ha dedicado el Congreso de Protección a la Infancia, creo que por primera vez a las Escuelas Nuevas. El asunto rebalsa de la Pedagogía a la medida y hay que esperar más de esta gestión piloteada ahora por médicos. El maestro es burócrata neto, laxo, vicioso de tecnicismo y poco intrépido. El informe general sobre ‘las escuelas al aire libre’ ha correspondido de derecho a M. Adolfo Ferriere, el educador suizo. Él no ha venido. Como se sabe, este hombre lleno de eficacia y de información viva, es un sordomudo. Siempre me ha parecido, yo le tengo una admiración sin cortapisas, por sus condiciones naturales desgraciadas, un hombre de otro planeta que trabajase para el mundo que desconoce con una adivinación sobrenatural de él, haciéndose a puro anhelo una especie de duplicación de los sentidos que le faltan. Lee el resumen de su trabajo su prima, la señorita Susana Ferriere, casi su hermana, y que le sigue pulso a pulso su trabajo del ‘Bureau International d’Education’, con un silencio completo hacia su propia obra él cuenta el auge creciente de la escuela nueva en Europa. Se llevan las alusiones más generosas Alemania, Italia, Suiza y Francia”.

Reportaje completo en: Revista de Educación N° 411.

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