Uno de los desafíos de la nueva educación será motivar el proceso de enseñanza, sobre todo durante el largo período de Covid-19. Se estima que sólo en Latinoamérica más de 160 millones de estudiantes han visto afectado su proceso de aprendizaje, a raíz del cierre de escuelas por la crisis sanitaria, de acuerdo con cifras de la UNESCO.
Uno de los desafíos de la nueva educación será motivar el proceso de enseñanza, sobre todo durante el largo período de Covid-19. Se estima que sólo en Latinoamérica más de 160 millones de estudiantes han visto afectado su proceso de aprendizaje, a raíz del cierre de escuelas por la crisis sanitaria, de acuerdo con cifras de la UNESCO.
En este contexto los recursos audiovisuales han ocupado un rol protagónico para continuar con la escolaridad. Un proceso educativo virtual que se espera permanezca en el tiempo, pero; ¿Qué tan preparados están los docentes para esta nueva era de aprendizaje?
Este tema es crucial en la educación del siglo XXI, puesto que lo audiovisual se impone como una herramienta de estimulación eficaz. “Dicho material en el aula es un recurso para el autoaprendizaje de la audiencia y una motivación placentera a su propio desarrollo socioemocional y cognitivo-escolar. Es una respuesta desde la neurociencia y desde el lenguaje audiovisual a la crisis de la educación actual, provocada por la desmotivación y el desinterés de algunos alumnos”, comenta el investigador y académico, Valerio Fuenzalida.
Bajo esta mirada, y entendiendo el rol que ocupan estos recursos en las nuevas dinámicas de aprendizaje, Fuenzalida en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Chile, organizan el primer Diplomado de Recursos Audiovisuales para el Aula. Este programa académico, basado en la neurociencia, busca capacitar a profesores y encargados de la gestión educativa (parvularia/preescolar, básica y media) para usar los programas audiovisuales como recurso eficiente de aprendizaje en la sala de clases.
El profesor Fuenzalida destaca que desde un aprendizaje concebido y fundamentado en la neurociencia es posible auto estimular al niño/joven en el desarrollo grato de sus propias capacidades y competencias para enfrentar los nuevos desafíos cognitivo-culturales. “Según la neurociencia, el niño y el joven disponen genéticamente de competencias innatas que impulsan y motivan internamente al desarrollo de esas capacidades. Esas competencias socioemocionales son el fundamento y la base del desarrollo cognitivo y del aprendizaje escolar y extraescolar que es ofrecido desde la cultura social”, agrega.
El diplomado le entregará al docente herramientas que le ayudarán a impulsar los procesos de aprendizaje desde lo virtual y lo audiovisual. En este sentido, el académico explica que el programa, que contempla 4 cursos, entrenará a los profesores en una metodología para trabajar constructivistamente en la apropiación educativa de estas competencias por parte de los alumnos.
Para más información de este diplomado y su programa académico pueden ingresar aquí.