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Ron Ritchhart, investigador de la Universidad de Harvard: Rutinas de pensamiento para una comprensión profunda

Su libro “Making Thinking Visible” ha sido uno de los más vendidos en educación por más de una década y ha popularizado el uso de rutinas de pensamiento en todo el mundo. Y su último título, “The Power of Making Thinking Visible”, profundiza en este tema. A continuación, algunas de las ideas que presentó en el II Seminario de Innovación en la Educación, organizado por Fundación Educacional Seminarium.

Foto: Gentileza Ron Ritchhart.

Su libro “Making Thinking Visible” ha sido uno de los más vendidos en educación durante más de una década y ha popularizado el uso de rutinas de pensamiento en todo el mundo. Asimismo, su último título, “The Power of Making Thinking Visible”, explora el poder que las prácticas o rutinas de pensamiento visible pueden tener para transformar escuelas y aulas. A continuación, algunas de las ideas que presentó en el II Seminario de Innovación en la Educación, organizado por Fundación Educacional Seminarium.

Investigador asociado senior e investigador principal de Project Zero, de la Universidad de Harvard, EE.UU., por más de 26 años, Ron Ritchhart es autor y co-autor de exitosos libros. Durante su trayectoria ha focalizado su trabajo en el desarrollo de la cultura escolar y del aula como los principales vehículos para convertir a los estudiantes en pensadores y aprendices. Así, su investigación se centra principalmente en comprender cómo desarrollar, nutrir y mantener entornos de aprendizaje reflexivos tanto para estudiantes como para docentes.

En el II Seminario de Innovación en la Educación: “Pensamiento visible: enseñanza y aprendizaje para la vida”, organizado por Fundación Educacional Seminarium, sostuvo que “hacer el pensamiento visible” implica trabajar en las siguientes áreas: aprendizaje profundo, estudiantes comprometidos y cambio de roles.

Y para estos efectos, agregó, es muy útil recurrir a las “rutinas de pensamiento”, que “son estructuras simples usadas en el aprendizaje con el fin de que los estudiantes, individual y colectivamente, se involucren, cuestionen, descubran, reflexionen y establezcan conexiones”. En otras palabras, estamos hablando de herramientas que los docentes pueden utilizar una y otra vez para apoyar movimientos específicos de pensamiento en sus estudiantes y hábitos mentales que desemboquen en un mayor entendimiento de lo que están aprendiendo.

TRES CLAVES PARA HACER EL APRENDIZAJE VISIBLE

El investigador destacó el significado de los siguientes conceptos, tanto a partir de la investigación de sus colegas como del estudio que Mark Church (co-autor del libro “The Power of Making Thinking Visible”) y él hicieron.

  1. Aprendizaje profundo: “Promover la comprensión de contenido rico y complejo a medida que los estudiantes desarrollan el dominio, ganan en sentido de identidad y se involucran activamente”.

Explicó que hay varias definiciones al respecto: “no hay una sola forma de definirlo. Pero sí hay algo que todas las definiciones tienen en común y es que todos tienen entendimiento. Así, cuando hablamos de aprendizaje profundo estamos conectándolo con la construcción de entendimiento”.

También señaló que su colega Jal Mehta de la Universidad de Harvard, en su libro “En la búsqueda del aprendizaje profundo” distingue tres componentes: 1) la maestría de los estudiantes respecto de los contenidos; 2) la identidad respecto de quiénes son como aprendices y pensadores, en este sentido en vez de aprender para una prueba de matemáticas o de historia, aprenden cómo procesar las dinámicas propias de esas asignaturas, desarrollando al mismo tiempo ese sentido de identidad; y 3) la creatividad, pues el aprendizaje profundo es original, no se trata de reproducir lo mismo que se les ha enseñado sino de crear su propia interpretación de un hecho histórico, poema u otro contenido.

“Una pregunta clave que debemos hacernos los docentes es: ¿en quiénes se están convirtiendo nuestros estudiantes como pensadores o aprendices como resultado de su tiempo con nosotros? Eso es parte de su formación de identidad”, señaló Ritchhart.

La Universidad de Harvard hizo una encuesta a docentes de aula respecto de qué significa tener estudiantes involucrados y en la que identificaron tres dimensiones al respecto: 1) Los estudiantes pueden estar involucrados en razón de una idea, y así en vez de ser pasivos, hacen preguntas y están conectados con su aprendizaje; 2) también se utiliza este término para referirse al hecho de que están más involucrados el uno con el otro y eso significa que hay más conversaciones, no distractivas o sobre otros temas, acerca del aprendizaje que allí está ocurriendo; y 3) este concepto dice relación con involucrarse en la acción, es decir, a medida que los estudiantes empiezan a entender de temas complejos, de los muchos que encontramos en el mundo hoy en día, están interesados en tomar esa(s) idea(s) y aplicarlas en su comunidad, en hacer una diferencia moviendo el entendimiento al mundo”.

En palabras del académico, esto significa que “el profesor ahora es alguien que escucha, que presta atención y que los estudiantes motivan el aprendizaje, son co-constructores y toman decisiones en la sala de clases en vez de solo seguir instrucciones”.

EL APRENDIZAJE PROFUNDO DE UN POEMA

Ron Ritchhart ejemplificó lo anterior con el proceso de enseñanza de un poema. “Cuando los estudiantes se exponen a un poema creen que lo van a entender y no es así porque es un poema. Y a veces, cuando no lo entienden inmediatamente se cierran al aprendizaje. No creo que esto sea simplemente un reflejo de la cultura de hoy de la gratificación inmediata, porque yo he visto esto por décadas. Pero estoy determinado a lograr que los estudiantes encuentren una forma de acercarse a la poesía y la mayor recompensa que tengo es cuando lo entienden y con ello no me refiero a que descubran un mensaje que el autor entregó, sino a que puedan exponer su entendimiento a través de algún elemento utilizando el poema”.

En ese contexto, el rol del docente es ser un facilitador, un mediador, hacer que ellos reflexionen sobre el poema.

Y en este trabajo, es fundamental que los estudiantes descubran en el poema un concepto clave, un entendimiento central, para a partir de ahí construir un relato. Tarea para la cual las rutinas de pensamiento son perfectas. Por ejemplo, una de ellas se llama “Pelar la fruta” y consiste en representar -a través de un diagrama, que puede tener forma de manzana o de círculo- la construcción de una comprensión más profunda, yendo desde lo más superficial a lo más esencial, al núcleo del tema. En otras palabras, en este diagrama se pueden poner Post-it u otros elementos en los que se van escribiendo los descubrimientos del estudiante y, por ende, se observa cómo avanza su comprensión. Aquellas comprensiones más superficiales obviamente se instalan en el borde de la manzana y a medida que son más profundas, se ubican hacia el interior.  

Incluso, tal como se señala en una ficha elaborada por Proyecto Zero sobre esta rutina, se puede crear una versión gigante de este diagrama y colocarla en la pared del aula. “Si estás rastreando dos o tres tópicos al mismo tiempo o varios grupos, puedes tener: dos o tres diagramas en la pared, rutas de códigos de colores en un solo diagrama, dar a los estudiantes copias del tamaño de una página para que rastreen su propio progreso. ¡Lo que mejor funcione! La idea principal es hacer visible la comprensión que se está desarrollando para marcar el progreso y elegir los próximos pasos. Por lo general, tiene sentido comenzar con la ‘piel’ y luego ‘meterse debajo de la piel’ con los misterios y de allí pasar a la ‘sustancia” para ir hacia el ‘corazón’. No necesitas utilizar todos los enfoques de la ‘sustancia’, lo que sea apropiado y no hay un orden fijo. ¡Puedes regresar y agregar algo en cualquier momento!”

LA IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN FORMATIVA

Finalmente, Ron Ritchhart sostuvo que esto es algo a lo que todo el mundo presta atención, porque investigaciones en Australia, Reino Unido y EE.UU. han mostrado que es una de las herramientas más poderosas en términos de promover el aprendizaje. “A medida que estas ideas son más populares, más conocidas, en muchos colegios lo que hemos visto es la idea de que se trata de una tarea de evaluación formativa. Pero el poder de la evaluación formativa es que es una práctica, más que una tarea. Tiene que ver con cómo interactuamos con nuestros estudiantes, con qué es lo que aprendemos de y acerca de nuestros estudiantes para que informe nuestra enseñanza”.

Explicó que las rutinas de pensamiento son una práctica de la evaluación formativa: “dan una ventana para ver el entendimiento de nuestros estudiantes, dan información, y eso significa que cuando estamos haciendo que nuestros alumnos piensen visiblemente, los profesores deberíamos estar encantados tanto si vemos que hay una confusión como si recibimos evidencia de un aprendizaje profundo, pues todo eso es parte del proceso de aprendizaje. Si no estamos conscientes de la confusión o mal entendimiento de un estudiante, no podemos ser efectivos como profesores. Por eso es vital tener esa ventana, poder prestar atención a su entendimiento”.

Estudios recientes que se concentraron en las áreas de matemáticas y ciencias, respecto de la resolución de problemas desafiantes, mostraron que hay una diferencia marcada cuando los profesores prestan atención al pensamiento de los estudiantes y cuando solo prestan atención a la corrección del trabajo efectuado por ellos. “Cuando se enfocaban de manera cercana en la forma de pensar y las estrategias que estaban utilizando los estudiantes, podían ‘apalancar’ el pensamiento y las estrategias que usaban para ayudarlos a continuar trabajando con material desafiante y desarrollar el entendimiento. Pero si solo se concentraban en ver si la respuesta estaba correcta o no, tendían a simplificar la tarea, a hacerla más simple para que los alumnos llegaran a la respuesta correcta. Yo llamo a esto crear ‘la ilusión de aprendizaje’, porque el estudiante cree que aprendió, pero realmente no lo hizo porque simplificamos la tarea. Así que prestar atención al pensamiento de nuestros alumnos es la clave de la evaluación formativa, qué está haciendo y cómo lo ayudamos para construir con ese pensamiento y que desarrolle el entendimiento, en vez de simplificar la tarea”, concluyó.

Más información sobre rutinas de pensamiento (en inglés y en español) en el siguiente link:

pz.harvard.edu/thinking-routines

Videos sobre las rutinas de pensamiento:

https://www.ronritchhart.com/new-page-1

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